Baberos para Bebés
¡Ah, los baberos! Ese escudo heroico que protege a tu peque (y a ti) de purés voladores y derrames inesperados. En Capricho Bebé, tenemos una colección de baberos para bebés que no solo cumplen su función, sino que lo hacen con estilo. Porque, vamos, ¡la hora de comer también puede ser un desfile de moda!
Tipos de baberos
¿Piensas que un babero es solo un babero? ¡Piénsalo de nuevo! Existen diferentes tipos, diseñados para distintas etapas y necesidades del bebé. Aquí te presentamos una variedad que podría sorprenderte:
- Babero para recién nacido: Más pequeños y delicados, ideales para esos primeros días donde las tomas son más líquidas.
- Babero grande: Cubre más superficie y es perfecto para cuando empiezan a comer sólidos y todo puede ser un poco… caótico.
- Baberos con recolector: Poseen una especie de bolsillo en la parte inferior que atrapa la comida que cae, genial para los bebés más desordenados.
- Baberos impermeables: Fabricados con materiales que repelen líquidos, son una maravilla cuando se trata de jugos o sopas.
- Baberos de tela: Fáciles de lavar y generalmente más cómodos para el bebé.
¿Cuándo se les comienza a poner baberos a los bebés?
Desde el momento en que esos preciosos labios de tu bebé comienzan a saborear algo más que la leche materna, ¡es hora de sacar los baberos! Generalmente, esto ocurre a los pocos meses de nacidos. Aunque al principio, cuando son recién nacidos, es más por las babas o los pequeños reflujo que puedan tener. A medida que comienzan con la alimentación complementaria, el babero para bebé se convierte en tu mejor aliado para proteger su ropita y facilitar la limpieza.
¿Cómo quitar el mal olor de los baberos?
Lo sabemos, después de varias usadas, esos baberos de bebé pueden comenzar a oler un poco… funky. Pero, ¡no temas! Aquí te damos el secreto. Primero, remoja el babero en una mezcla de agua y bicarbonato de sodio antes de lavarlo. Este compuesto natural ayuda a neutralizar olores. Luego, lávalo como de costumbre con un detergente suave. Si puedes, sécalo al sol; sus rayos actúan como un desinfectante natural. Y voilá, tu babero para bebé quedará fresco y listo para la siguiente batalla de purés.